Magdalenas de vainilla
Hace unos días me regalaron unas vainas de vainilla de Madagascar; según parece es la mejor vainilla del mundo y es una suerte que cayera en mis manos para disfrutar de su aroma único y tan especial. He pensado en varios postres para hacer y utilizar esta vainilla y decidí que unas humildes magdalenas eran perfectas para un primer uso de mis vainas de la exótica vainilla de madagascar; lo mejor, el olor tan agradable que se extendió desde la cocina de mi casa y por tanto, el resultado, que fueron unas magdalenas muy esponjosas y muy ricas de sabor.
Para aprovechar bien las semillas que albergan las vainas es necesario hacer un corte con la punta de un cuchillo, a lo largo de la vaina, con cuidado de abrirla sin cortarla del todo y así, extraer las semillas, que son las que aportan el aroma. Para esta sencilla operación, me informé en su día en el blog de www.javirecetas.com , que tiene una entrada muy didáctica al respecto.
La vainilla pertenece a un género de orquídea cultivada únicamente para uso alimentario, no ornamental. De ella se obtiene el fruto, que alberga unas semillas y que son las que contienen el aromatizante o vainilla. Es realmente curioso saber cómo se cultiva la vainilla ya que necesita de unas condiciones muy especiales para su cultivo y desarrollo, siendo el resultado una de las especias más caras del mundo después del azafrán. Invito a los amantes de la cocina a leer sobre este tema pues resulta del todo interesante.
Son unas magdalenas internacionales, por la vainilla, regalo de Concha, que viajó desde Madagascar con esta vainilla en su maleta, y por los moldes de papel que he usado, regalo de mi hija Ana y comprados en Boulder, CO. (EEUU); gracias, Ana.
Y gracias a Concha, por este regalo tan preciado y por ser tan entusiasta del blog. A ella y a mi hija les dedico estas magdalenas.
INGREDIENTES
Para unas 20 magdalenas.
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PREPARACIÓN
Derretir la mantequilla y reservar; preparar el resto de ingredientes que tienen que estar pesados exactamente.
Mezclar con unas varillas eléctricas o manuales los huevos con el azúcar hasta que estén muy muy blanqueados; añadir las semillas de vainilla a esta mezcla o las gotas de aroma. Batir nuevamente.
Añadir la harina con la levadura y la sal, tamizadas, y con una espátula realizar movimientos envolventes, evitando así que se pierda el aire generado en la mezcla de los huevos y azúcar.Cuando la masa sea uniforme y sin grumos, ir echando la mantequilla y seguir removiendo hasta obtener una masa homogénea y suave.
Meter a la nevera durante media hora.
Mientras está la masa en la nevera, precalentar el horno a 200º; ir preparando los moldes de papel que meteremos a su vez en moldes metálicos para que no se abran los papeles durante la cocción en el horno. Rellenar los moldes solamente las 2/3 partes para que no se salga la masa al crecer.Preparar azúcar con unas gotas de agua, solamente para que quede húmeda, y poner sobre la masa pequeñas porciones de este azúcar humedecido. También se puede espolvorear azúcar sobre la masa, seca, sin humedecerla. Cuando el horno está a punto, meter las magdalenas, calor arriba y abajo, media altura, a 200º los 5 primeros minutos y a 190º unos 12 minutos más; estarán listas cuando veamos que están ya doraditas. Sacarlas enseguida del molde metálico.
Y a disfrutarlas con un buen vaso de leche!
Más cosas
¿Por qué el paso de la nevera? A lo largo de mi experiencia con magdalenas, he observado que este truco sencillo de meterlas en la nevera puede ayudar a que crezcan más en el horno. No todas las recetas lo recomiendan, ni siquiera lo hacen y aún así seguro que salen estupendas, pero , desde que lo leí lo pongo en práctica y me salen mejor que me salían, aunque todavía las puedo mejorar.
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