Empanadillas de manzana con natillas
A pesar de que ahora es tiempo de frutas de verano, esta receta la tenía guardada desde hace mucho en un cuaderno de los de antes, donde tomo notas a mano, y en el cual apunto cosas que veo, que pruebo o que me sorprenden en una ocasión cualquiera y, para no olvidarme, lo escribo. La protagonista de la receta es la manzana, que no siendo la fruta más representativa de este tiempo es de lo más agradecida para la repostería. Y hoy, 30 de junio, a punto de acabar el mes con un saldo de recetas muy inferior a lo deseado en mi blog, he decidido poner ganas y horno y voy a enseñaros cómo son estas deliciosas empanadillas de manzana con natillas.
Reconozco que he ido a lo fácil; no he hecho la masa sino que he comprado el paquetito de toda la vida, para hacer un poco más llevadera la estancia en la cocina con horno puesto, con este calor que hace hoy. En invierno y si surge, podemos hacer la masa de empanadillas casera que es fácil y desde luego, muy rica. La elaboración de este dulce es fácil y no se tarda mucho; si se desean ofrecer como postre tras una comida se pueden dejar preparadas el día anterior, cerradas en una lata o al menos tapadas con papel para que no se sequen e igualmente se dejan hechas las natillas bien guardadas en un envase hermético y en la nevera.
Espero que sea una receta que hagáis si no ahora, cuando vuelva el tiempo más fresco pero sobre todo, que no se quede en el olvido porque adornará muy bien el postre de cualquiera de vuestras celebraciones.
Ahí va la receta.
INGREDIENTES
Para 8 personas.
Para las empanadillas:
Para las natillas
Para adornar:
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PREPARACIÓN
Precalentar el horno a 170º.
Pelar la dos manzanas y cortar en trozos; meter al microondas durante dos minutos a máxima potencia y espolvoreadas con el azúcar moreno; sacar y reservar.
Mientras, se van preparando las natillas; se mezcla el azúcar con la vainilla, se incorporan las yemas y se añade la leche. Se remueve bien (aquí puede usarse la batidora) y se pone a cocer en un cazo a fuego bajo-medio junto con la piel del limón, hasta que se haga una cremita suave; no espesan demasiado porque no llevan nada de harina o maizena, por lo que quedan unas natillas claritas. Dejar enfriar.
Cuando las manzanas se han templado se aplastan con un tenedor y se añaden unas cucharadas de las natillas, envolviendo bien la manzana con la cremita.
Se colocan las obleas sobre la mesa de trabajo y se van rellenando con la mezcla anterior; se cierra el paquetito y se sella con un tenedor como se hace habitualmente. Se pintan con huevo batido y se meten al horno medio, 170º, durante 10-15 minutos o cuando veamos que están doraditas. Es recomendable poner sobre la bandeja de horno un papel de horno que facilite luego su salida.
Para servirlas, se cubre el fondo del plato con natillas y encima se colocan las empanadillas; si se desea, se pueden servir solas, espolvoreadas con azúcar glas y cerca de cada comensal una jarrita o cuenco con las natillas para servirse cada uno a su gusto.
Más cosas
Las empanadillas se pueden hacer al horno o fritas en aceite de girasol; yo he elegido la primera opción para evitar grasas, pero también salen buenas y muy crujientes.
Escribo la receta que yo hice para las natillas pero seguro que todos las hemos hecho alguna vez; pues ésas que sabemos hacer son las que valen.
Las almendras fileteadas son un adorno que he puesto una vez pintadas con el huevo y justo antes de meter al horno.
Un consejo: rellenar sin miedo la empanadilla, es decir, poner una buena cantidad de relleno para que estén más sabrosas. En esto yo me quedé un poco corta por miedo a que no me cerrara bien el paquetito.
Me gusta más el sabor que aporta la manzana Reineta pero no siempre la encuentro en el mercado.
Otra buena opción es hacer paquetitos de pasta filo; esto será para otro día!!!!
Fuente: adaptación de una receta de Eva Arguiñano.
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