Pollo picante. La receta de Inés
El otoño ha vuelto un año más y nos encanta que lo haga con esos colores que adornan nuestros caminos, nuestros pueblos y ciudades y que nos despiden del verano no sin cierta nostalgia. Me gusta el otoño porque de igual manera invita a pasear cuando aún el frío no molesta, que a pasar una tarde en casa al abrigo de una buena película, un buen libro o una buena elaboración de nuestro plato favorito. Y eso es lo que traigo hoy a estas páginas virtuales en las que las recetas familiares siempre han tenido un protagonismo especial, el "Pollo picante. La receta de Inés".
La receta de hoy es un plato que mi cuñada Inés hace desde años atrás y que, como casi todo lo que elabora, lo borda; tanto es así que le ofrecí colaborar con el blog siendo ella la que cocinara esta vez la receta que se iba a publicar. Aceptó con gusto y hoy nos hemos entretenido todos mucho haciendo la sesión de fotos de uno de sus platos estrella como es el pollo picante. Me pareció que ella elaboraría de manera brillante este plato, que cuando nos lo pone en su casa degustamos con muchísimo placer y yo he recogido su receta para darla a conocer en estas líneas.
Ambas estamos de acuerdo en que es un plato fácil y aunque la elaboración es un poco larga debido a que hay que hacer tres preparaciones, no alberga ninguna dificultad.
También hemos hablado de la conveniencia de hacerlo de víspera; primero porque los sabores se asientan y queda el plato mucho más sabroso y segundo para que no se haga pesado ya que el cálculo de tiempo ronda las dos horas y ya sabemos que dos horas en la cocina para muchos… Son una eternidad.
La receta es puramente familiar, de esas que se transmiten de boca en boca y van conformando el recetario personal de cada casa. Supongo que recetas de pollo con una salsa picante habrá muchas pero puedo asegurar que esta receta es exquisita, con el picante justo y convierte un plato con ingredientes humildes en un suculento plato principal o segundo plato, que acompañado de una buena ensalada y coronado con un postre casero completa un estupendo menú para un día de otoño como ha sido el de hoy.
No hay lugar para más discursos, lo importante es que esta receta os guste y os animéis a hacerla en vuestras cocinas.
Ahí va.
INGREDIENTES
Receta para 6 personas
- 6 traseros de pollo
- Sal y pimienta
- Aceite de oliva virgen extra para freír el pollo
- 8 dientes de ajo
- 1 cayena o guindilla (o 2, a gusto)
- 1 kg. de tomates maduros
- 1 vaso (de los de agua) de vino blanco
- Perejil fresco
- 240 gr. de aceitunas negras
- Aceite de oliva virgen extra para freír las patatas
- 4 patatas medianas
PREPARACIÓN
Tiempo preparación: 30 minutos
Tiempo cocinado: del pollo, 20 minutos, de la salsa, 35 minutos, de las patatas, 10 minutos, horneado, 15 minutos. Tiempo total: 110 minutos (casi dos horas)
Pelar los ajos y picarlos; hacer lo mismo con el perejil y las aceitunas. Reservar.
Lavar los tomates y pelarlos con cuchillo o bien escaldándolos primero para que se pelen con más facilidad. Trocearlos en pequeños dados y reservar.
Partir el trasero de pollo en dos trozos, muslo y contramuslo. Salpimentarlos a gusto.
En una sartén o cazuela se fríen los trozos de pollo en abundante aceite hasta que estén dorados por ambos lados. Sacar a un plato con papel absorbente y reservar.
En otra cazuela poner tres o cuatro cucharadas de aceite de oliva y calentar.
Echar los dientes de ajo laminados o picados finamente.
Dejar que los ajos se doren con cuidado de que no se quemen y añadir entonces la guindilla o cayena. Mover un poco la cazuela para que se impregne todo bien y añadir entonces los tomates troceados.
Durante aproximadamente 20 minutos los tomates se irán haciendo despacio de forma que queden blanditos.
Pasado este tiempo se añade el vaso de vino blanco, el perejil picado y las aceitunas también picadas.
Se da una vuelta a todo y se deja hacer durante unos 10 minutos aproximadamente.
Pasados esos 10 minutos se añaden a la salsa de tomate los trozos de pollo que estaban reservados y se cocinan durante unos 20 minutos a fuego lento de forma que junto con el pollo quede una salsa trabada, no líquida pero tampoco espesa en exceso.
Mientras se hace el pollo se puede preparar la cama de patatas.
Se pelan las patatas, se lavan y se cortan en rodajas de 2-3 mm.
Se fríen en aceite durante 3-4 minutos con el fin de que se terminen de hacer con el calor del horno. Se sacan de la sartén y se reservan unos segundos sobre papel absorbente.
En la fuente elegida para hornear se colocan las patatas fritas a modo de cama y sobre esta se colocará una capa de salsa, los trozos de pollo y se cubrirá con la salsa restante.
Precalentar el horno a 180º, arriba y abajo.
Se introduce la fuente en el horno a 180º durante 15-20 minutos.
Sacar del horno y emplatar para servir de inmediato.
Más cosas
Podría usarse un pollo entero y trocearlo pero hemos comprobado que ciertas partes del pollo no quedan tan jugosas como los muslos y contramuslos que hemos usado en esta receta.
El tomate hay que pelarlo y trocearlo por lo que se puede sustituir por el mismo peso de tomate natural troceado (no triturado) en conserva.
Esta receta queda mejor haciéndola de víspera salvo el último paso de las patatas. Por eso, se podría adelantar trabajo el día anterior dejando hecha la fritura del pollo y la salsa de tomate. Al día siguiente se fríen las patatas y se hornea todo para comerlo reciente y bien calentito.
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