Tarta salada de pollo
Los franceses tienen en su haber el origen de la quiche que no es más que una tarta salada compuesta por una base de masa quebrada y un relleno que varía en función de gustos y de ingredientes disponibles. Es cierto que la “madre” de la quiche está en esa mezcla maravillosa de leche, nata y huevos que procura un relleno suave y jugoso tras su paso por el horno. Digna representante de estas tartas es la quiche lorraine, archiconocida en el mundo de los fogones y que ha dado origen a múltiples variantes.
Yo he elegido dos tartas para incluir en estas páginas virtuales del blog: una salada que presento seguidamente y una dulce que saldrá en días próximos.
Me gusta hacer masas, dulces o saladas; me gusta sentir el crujir de una masa quebrada cuando sale del horno con ese sabor a mantequilla…y ese olor que queda en la cocina. Así son las tartas saladas o dulces, pequeños placeres que nos entretienen en su elaboración pero que son muy versátiles y prácticas. Ya sé, ya sé que ahora lo que nos falta es tiempo así que siempre podemos acudir a masas ya preparadas, de buena calidad, que nos ayuden en la realización de nuestros platos.
La tarta salada de hoy lleva carne de pollo y verduras cortadas finamente que he cocido en un caldo de pollo; así, la carne no queda seca resultando además más sabrosa gracias al caldo. La mezcla de leche y nata aporta una gran suavidad al resultado final consiguiendo un relleno muy jugoso que se disfruta desde el primer bocado.
Espero que esta sirva de inspiración para otras muchas y que amasar sea ,de vez en cuando, una actividad gratificante.
Ahí va la receta.
Número de comensales: 6, tiempo de elaboración: 25 minutos +1 hora de reposo de la masa en frío, tiempo de horneado: 70 minutos, en dos tiempos. Tiempo total: 2 horas y media.
INGREDIENTES
Para la masa:
- 200 g de harina normal
- Una pizca de sal
- 90 g de mantequilla troceada muy fría
- 1 huevo entero y otro para pincelar la masa
- 20 ml de agua fría
Para el relleno:
- 300 ml de leche
- 100 ml de nata
- 3 huevos
- Sal y pimienta
- 150 g de pechuga de pollo
- 1 puerro grande
- 1 zanahoria grande
- Cebollino picado
- 500 ml de caldo de pollo
- Tomates cherry
Se necesita un molde redondo de 23 cm., yo he usado uno de Pyrex.
PREPARACIÓN
Masa brisa:
Con la ayuda de unas varillas o de un robot amasar los ingredientes lo justo para que se integren bien. Hacer una bola, envolver con plástico y refrigerar durante una hora.
Si se hace a mano, depositar la harina en un bol grande junto con la sal y echar en el centro el huevo batido con el agua; después se añade la mantequilla y se amasa hasta que esté todo bien integrado; es importante no añadir calor a la masa por lo que se debe amasar lo justo hasta integrar. Refrigerar una hora.
Relleno:
Poner el medio litro de caldo al fuego junto con el pollo, la zanahoria y el puerro cortados en juliana. Cocer durante 15 minutos.
Pasado el tiempo, colar sobre un bol para recoger el caldo sobrante (que podrá aprovecharse para otra preparación).
Sobre una tabla de cocina trocear el pollo. Reservar junto con las verduras.
Picar tres o cuatro tallos de cebollino y reservar junto a las verduras y el pollo.
Aparte, en un bol grande batir la leche, la nata, los huevos y la sal y la pimienta.
Agregar a este último bol las verduras y el pollo y el cebollino picado. Mezclar todo bien. Reservar.
Montaje de la tarta:
Engrasar el molde con mantequilla.
Precalentar el horno a 170º.
Pasada la hora de refrigeración, se saca la masa de la nevera y sobre una mesa se estira con la ayuda de un rodillo. Es posible que se pegue un poco al rodillo por lo que es recomendable untar este con un poco de aceite.
Estirada la masa se coloca sobre el molde de forma que con la ayuda de las manos se adapte bien a la base y a las paredes; con un cuchillo se retirará las masa sobrante del borde para que quede igualada.
Colocar un papel de horno que cubra la masa y sobre el mismo poner unas bolas de cerámica o unas legumbres para que durante la cocción no se hinche la masa.
Meter al horno precalentado a 170º, calor arriba y abajo durante 35 minutos.
Pasado este tiempo, sacar el molde del horno, retirar el papel con las legumbres y untar el huevo batido sobre la base y las paredes.
Volver a meter al horno, misma temperatura durante 3 minutos. Este paso evitará que la humedad del relleno ablande la base de la tarta.
Pasados los tres minutos, sacar el molde del horno.
Subir la temperatura del horno a 190º.
Con cuidado de no quemarnos y sobre una superficie lisa (una mesa o encimera) echar sobre la base que hemos horneado la mezcla que está reservada y que será el relleno de la tarta. Es el momento de colocar encima los pequeños tomates para adornar.
Meter de nuevo al horno, a 190º, calor arriba y abajo durante 35 minutos o hasta que la tarta se hinche y se vea cuajada la mezcla. Si a esta temperatura los bordes se tuestan más de la cuenta poner una lámina de papel o de aluminio sobre la tarta.
Sacar del horno una vez horneada y dejar que se temple para desmoldar en una fuente o plato de servir.
Más cosas
Versión rápida: utilizar masa quebrada o brisa comprada y caldo de pollo envasado. Con esto se reducen mucho los tiempos, es una opción muy válida siempre y cuando utilicemos productos de calidad.
La masa hecha a mano es una delicia; es fácil hacerla y en lo único que hay que tener más paciencia es en el tiempo que necesita para enfriarse bien. Una opción es preparar la masa por la noche y dejarla en la nevera de forma que por la mañana empezaremos el proceso con la masa bien fría. El resultado es una deliciosa masa quebrada que acoge el relleno haciéndonos disfrutar de un sabor único y muy satisfactorio.
Como todas las tartas saladas o quiches, el relleno es muy versátil y a gusto del cocinero y los comensales; animo a que sobre la base de quiche (la mezcla de leche, nata y huevos) os atreváis a mezclar ingredientes y sabores para conseguir una tarta muy especial y personal.
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