Bizcocho de leche caliente
Este bizcocho de leche caliente que presento a continuación es de fácil elaboración y su peculiaridad radica en que la leche que se utiliza tiene que estar muy caliente cuando se incorpora a la mezcla.
Este tipo de pastel está muy de moda en las redes, hay muchas recetas publicadas, pero no por ello he querido dejar pasar la ocasión de tenerlo entre las mías porque, como ya he dicho en otras ocasiones, me encantan todos los bizcochos; solamente el nombre ya lo hace apetecible, no sé si al añadir el adjetivo caliente se despiertan nuestros instintos golosos y es muy fácil imaginar un desayuno con un buen trozo de este exquisito bizcocho.
El resultado de esta receta es un bizcocho con un bonito color dorado oscuro en su exterior y una miga jugosa, algo húmeda, densa pero no pesada, con un agradable sabor a mantequilla y a vainilla, a mí me recuerda mucho al bizcocho cuatro cuartos sobre todo por el sabor a mantequilla. La leche caliente consigue un ligero sabor distinto a cuando la utilizamos directamente de su envase, sin cocer, es un toque muy sutil. Parece que el origen de este bizcocho está en E.E.U.U donde se conoce como hot milk cake y es habitual elaborarlo con una capa de crema de moca en la superficie; cuando la leche no era pasteurizada, es decir no había sido procesada para evitar la presencia y proliferación de las bacterias, se hervía para evitar precisamente contaminaciones indeseadas y esta medida tan higiénica quedó como costumbre y a pesar de que desde hace muchos años la leche se somete a uperización , la receta mantiene el uso de la leche caliente lo que consigue esa miga tierna y un poquito húmeda.
Este es un bizcocho de fondo de armario, con un sabor muy tradicional a bollos de toda la vida; es fácil, con ingredientes a nuestro alcance y con una presencia tan bonita que casi da pena comerlo. Os invito a probarlo, no os dejará indiferentes.
Aquí está la receta.
INGREDIENTES
- 4 huevos
- 290 g de harina
- 215 g de azúcar
- 250 g de leche caliente
- 220 g de mantequilla
- Una cucharadita de postre de vainilla líquida
- 1 sobre de polvos de hornear tipo Royal
- Azúcar glas para adornar
PREPARACIÓN
Para 8 raciones.
Tiempo de preparación: 10 minutos, 50 minutos de horneado, total: 60 minutos
Engrasar el molde (ver más cosas) a utilizar por las paredes y el fondo; recortar un papel de horno a la medida de la base y colocarlo dentro cubriendo el fondo.
Tamizar la harina junto con la levadura en un bol y reservar hasta su uso.
Calentar en un cazo la leche junto con la vainilla y la mantequilla; casi a punto de hervir, apagar el fuego.
Calentar el horno, arriba y abajo a 180º.
Batir los huevos junto con el azúcar hasta que blanqueen, unos 10 minutos aproximadamente.
Añadir la leche a la mezcla de huevos y azúcar, sin dejar de remover hasta que esté todo bien mezclado.
Ahora es el momento de añadir la harina tamizada, poco a poco y removiendo hasta que esté toda bien integrada. Se puede acabar con una espátula manual si queda algún grumo de harina.
Echar la mezcla en el molde y meter al horno a 180º durante 50 minutos.
Cuando acabe el tiempo dejar la puerta del horno abierta y con el bizcocho dentro unos 5 minutos más.
Pasado el tiempo, sacar y colocar sobre una rejilla.
Cuando esté templado desmoldar y, si se desea, cubrir de azúcar glas.
Más cosas
El molde que he utilizado es de 20 cm, de la marca Decora. Este bizcocho queda muy bonito así, sencillo, de forma redonda y espolvoreado de azúcar glas como los bizcochos de siempre pero se puede utilizar el molde que se desee.
En mi horno he necesitado 50 minutos; es un bizcocho alto, que crece y debe hacerse bien por dentro. Como siempre, cada uno conoce su horno y el tiempo que doy es orientativo en base a lo que me ha funcionado a mí.
Si no te gusta el aroma a vainilla cambia por ralladura de limón, de naranja o un chorrito de ron añejo por ejemplo. Está también muy rico.
Fuentes
Para esta receta me he inspirado en www.directoalpaladar.com y en www.marialunarillos.com
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