Portokalopita o pastel griego de naranja
Mientras practico alguna receta turca que me tiene ocupada la mente desde nuestro último viaje a Estambul, sigo traspasando fronteras y me voy hasta Grecia de la mano de esta portokalopita que es un delicioso pastel de naranja y que he conocido gracias a mi hija Ana que es quien me enseñó la receta.
La portokalopita es un pastel que se prepara con naranjas, masa filo y yogur griego, y que gracias al sirope con el que se baña al final de su cocción da como resultado un bizcocho esponjoso y húmedo con un rico sabor y aroma a naranja. La elaboración es sencilla, siempre sale bien -dicen los entendidos- y es un placer degustarlo tras unas horas de reposo.
La portokalopita es originaria de la isla de Creta y gracias al terreno y al clima, el cultivo de cítricos abunda en esta parte del país; las naranjas son fruto abundante y forman parte de la dieta mediterránea y, por tanto, de la gastronomía griega. Además de las naranjas, esta tarta lleva la masa filo desmenuzada como sustituta de la harina siendo posible que esta receta se originara a artir del aprovechamiento de trozos de masa utilizados en otras recetas; sea o no así, he de decir que el resultado de mezclar la masa filo seca y desmenuzada con el resto de los ingredientes da como resultado una crema con aparentes tropezones que tras el horneado se convierte en una deliciosa miga capeada de bizcocho húmedo y sabroso.
Siempre digo que mis recetas son fáciles y es cierto; tan sólo tienes que animarte a entrar en la cocina y hacer esta delicia griega para comprobarlo. Si te llama la atención, no dudes en prepararla porque no te vas a arrepentir.
Ahí va la receta.
INGREDIENTES
Para 6 personas.
Para el sirope:
- 200 ml de zumo de naranja
- 200 ml de agua
- 125 g de azúcar
Para la masa:
- Un paquete de masa filo (más o menos 250/300 g)
- 3 huevos grandes
- 170 g de azúcar
- 125 g de aceite de girasol u oliva muy suave
- Zumo de una naranja
- Ralladura de una naranja
- 150 g de yogur griego
- Una cucharadita de postre de vainilla
- Una cucharada sopera rasa de polvos de hornear
- Pizca de sal
PREPARACIÓN
Preparación: 40 minutos. Horneado: 35 minutos. Total: 1 hora y 15 minutos.
Para hacer el sirope, en un cazo poner el zumo, el agua y el azúcar y calentar hasta que hierva. Dejar cociendo 5 minutos y retirar dejándolo tapado hasta que se enfríe. Reservar.
Para comenzar, sacaremos del paquete las láminas de masa filo y las dejaremos secar a temperatura ambiente una media hora. Yo las separé para que se secaran más rápida y fácilmente.
Una vez secas, iremos desmenuzándolas con las manos y las echaremos sobre un bol grande. Reservar.
En un bol, montar los huevos con el azúcar durante unos 10 minutos para que queden muy espumosos y blancos.
Añadir en hilo y batiendo, el aceite.
Añadir después el zumo, la ralladura, el yogur, la vainilla y los polvos de hornear junto con la pizca de sal.
Batir bien hasta que la masa sea uniforme.
Echar en tres o cuatro veces esta masa sobre la pasta filo desmenuzada e ir removiendo bien con una espátula para que todos los trozos de pasta se impregnen bien de la masa. Reservar.
Mientras, poner el horno a 180º, calor arriba y abajo.
Preparar un molde (yo utilicé uno rectangular) con mantequilla y espolvoreado de harina y sobre él ir echando la mezcla anterior.
Rasarlo con una espátula para que la superficie quede lo más lisa posible y colocar si se desea unas rodajas de naranja encima.
Meter al horno a 180º durante 35 minutos.
Sacar el pastel del horno y dejar templar.
Cuando esté templado, ayudándonos de una cazo, ir echando el sirope sobre el pastel sin desmoldar de forma que este se vaya empapando despacio. También se puede sacar el pastel del molde, apoyarlo sobre una rejilla y echar el sirope encima con la precaución de poner una bandeja que recoja el sirope sobrante y que volveremos a echar después sobre la tarta.
Dejar reposar unas cuantas horas, incluso toda la noche para que todo se impregne y se amalgame bien.
Degustarlo solo o con yogur griego…está ¡riquísimo!
Más cosas
El molde que yo he utilizado es de 36x14x3 cm, rectangular, porque quería esta forma de cara a las fotos. El molde circular normal de 23 o 24 cm, desmontable, también es adecuado.
Cuando se echa el sirope sobre el pastel ya templado, va absorbiendo despacio el líquido. Con la cantidad que os doy, me ha sobrado un poco porque ya no admitía más pero el truco está en que el bizcocho esté bien húmedo y jugoso por lo que no hay que escatimar almíbar.
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