Ensalada templada de patatas con pesto de pistachos
La ensalada de patatas con pesto de pistachos es una combinación que casa a la perfección ya que las patatas cocidas acogen de maravilla el pesto y la mezcla de sabores de la salsa engrandece a la humilde y sana patata.
Cuando publiqué la receta del pesto hablé de que es una de las salsas ideales para la pasta ya que la pasta, al igual que la patata, no aporta demasiado sabor sino que acoge la amalgama de sabores del condimento.
En este caso, me he decantado por una ensalada templada que nos puede venir bien como plato principal o incluso acompañando a un pescado al horno o a una carne blanca.
Se trata de hacer bastante cantidad de pesto de forma que las patatas se embadurnen bien y en cada bocado notemos los diversos sabores de la salsa; es importante que la patata esté templada porque está más porosa y, por tanto, más receptiva a empaparse bien del pesto. Bien es cierto que se puede comer fría pero desde mi experiencia, la recomiendo templada.
Por otro lado, la receta no puede ser más fácil ya que una vez elaborado el pesto de pistachos solo se trata de mezclar y comer, así que la pereza no debe estar presente a la hora de cocinar este plato.
Si eres alérgico a los pistachos, elabora la salsa con otro fruto seco tal y como apunté en la entrada anterior. Las avellanas dan un sabor exquisito, más potente, pero es una opción deliciosa al igual que las nueces.
Sin más, ahí va la receta.
INGREDIENTES
Para 4 personas.
- 4 patatas medianas sin pelar
- Sal
- Pesto de pistachos (receta en la entrada anterior del blog)
PREPARACIÓN
Tiempo de cocción: 25 minutos, de elaboración: 5 minutos, total 30 minutos.
Poner en una cazuela agua abundante con sal y poner las patatas sin pelar a hervir durante unos 25 minutos.
Pasado el tiempo, comprobar si están cocidas utilizando una brocheta; si están, sacarlas a un escurridor. Si no están blandas, dejar otros 5-7 minutos e ir comprobando con la brocheta hasta alcanzar el punto deseado de cocción.
Cuando las patatas se puedan pelar sin quemar, retirar la piel.
Cortar en rodajas de 1/2 cm cada patata y disponerlas en una fuente o en platos individuales.
Echar el pesto por encima y con la ayuda de dos cucharas mezclar bien hasta que las patatas se impregnen del pesto.
Servir y degustar templadas.
Más cosas
Creo que no es necesario añadir nada más a este plato; el pesto está suficientemente aliñado y especiado gracias al aceite de oliva y resto de ingredientes.
Si se desea se puede rociar un chorrete de aceite de oliva y unos pistachos enteros como adorno.
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